Venezuela, los datos de la economía regional y un poco más


Estoy en Caracas participando del IIIº Encuentro Sindical Nuestra América, ESNA[1], en la misma semana que Venezuela rompe relaciones diplomáticas con Colombia, su vecino de una historia y cultura común, con importantes lazos comerciales y económicos. Coincide en el tiempo que la Comisión Económica para América Latina (CEPAL)[2], dio a conocer su informe periódico con proyección de la evolución de la economía en América Latina y el Caribe sobre la base de lo ocurrido en la primera parte del año.
El dato general señala una expectativa de crecimiento promedio del PIB regional del 5,2% para todo el 2010, diferenciando en ese dato cuatro categorías de países. Unos que tendrán crecimiento por encima del promedio, entre los cuales destacan Brasil (7,6%), Uruguay (7%),  Paraguay (7%) Argentina (6,8%) y Perú (6,7%). Un segundo grupo donde aparecen, Dominicana, Panamá, Bolivia, Chile y México con menor ritmo de crecimiento (entre el 6 y 4%). El tercer grupo con escaso crecimiento (del 3,7% a 2%) y se concentra en Colombia, Ecuador, Honduras y países del Caribe. El cuarto grupo, ya con pronóstico de decrecimiento, se ubica Haití (-8,5%) y Venezuela (-3%). De Haití se conocen sus problemas estructurales, a los que debe adicionarse la carga por el reciente terremoto.
Llama la atención la cifra negativa para el país de la revolución bolivariana, porque tanto el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), como la CEPAL, señalan a Venezuela como el país de menor desigualdad en la región, con la mejor evolución de sus indicadores sociales de los últimos años. El tema es difícil de entender si solo se miran los datos macroeconómicos sin los desagregados correspondientes, lo que lleva a pensar en la política social y económica como parte de un proyecto de transformación de la economía, el Estado y la sociedad.
Intento explicármelo desde la posibilidad que me otorga participar en un debate con dirigentes de trabajadores, con 300 delegados de 28 países, mayoría de la región latinoamericana y caribeña, más 200 delegados locales. En estas condiciones se puede conocer la realidad de nuestros países de boca de los protagonistas, en este caso dirigentes sindicales y territoriales del movimiento de trabajadores. Resulta de interés concentrarnos en lo percibido y absorbido de las intervenciones de los participantes de Venezuela. Además de los trabajadores tuvimos ocasión de escuchar a Aristóbulo Istúriz, Vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), el partido de gobierno; y al propio líder de la revolución bolivariana y socialista, Hugo Chávez, que pese a sus ocupaciones de esas horas por el conflicto con el gobierno de Colombia, no se excusó de participar de la clausura del IIIº ESNA. La intervención de 2 horas y media, se concentró en el momento actual del proceso bolivariano y especialmente, los desafíos y el papel de los trabajadores en la construcción del socialismo. La cuestión central pasa a ser el cambio de las relaciones de producción, en particular, aquello que se asocia a la democratización de la economía, vía participación de los trabajadores en la toma de decisiones, en la gestión colectiva de las empresas.
Tiempo de profundización de la revolución
Del conjunto de relatos e intervenciones se entiende una primera etapa de los gobiernos de Chávez, Presidente del país desde 1999, concentrada en la cuestión social, principalmente la educación y la salud, tanto en el interés por satisfacer las necesidades alimentarias y socio culturales de los sectores de menores ingresos, que involucraban al comienzo del proceso al 60% de la población, y que hoy, la pobreza ronda el 25%, guarismo elevado pero alejado del inicial. Una traba al comienzo fue la propia estructura, dimensión y función del Estado, formado y preparado para otra etapa del desarrollo económico social venezolano. De aparato de la acumulación capitalista y difusor de la corrupción, se debía transformar en instrumento de la democratización de la sociedad y facilitador de una acumulación diferente. En ese sentido se avanzó en la reforma constitucional y más tarde se definió un rumbo hacia el “Socialismo del Siglo XXI”, que progresivamente mutó a una concepción de transformar el Estado para avanzar hacia una transición del capitalismo al socialismo.
La dinámica política, social y económica permite ahora pensar el desafío por avanzar, rápida y directamente, hacia un Estado socialista, en un accionar creativo asentado en la participación de los colectivos de trabajadores en la gestión empresarial. Estamos señalando que en la revisión crítica de lo que acontece en Venezuela, su desarrollo debe entenderse en sucesivas etapas de avance hacia la perspectiva actual de cambios en las relaciones sociales de producción.  Son cambios en la propiedad y gestión de los medios de producción, lo que supone una política deliberada de recuperación de empresas, pequeñas, medianas y grandes, especialmente en la producción, aunque también en los servicios.
Es una tendencia que empieza a ser visible y asumida en forma consciente por los trabajadores, a la par que subsisten los problemas de corrupción y tendencias a la burocratización en empresas y esferas del gobierno. También deben consignarse límites en esta etapa inicial de gestión obrera extendida a un número importante de empresas de diversa magnitud. Es que inventar la nueva sociedad, el socialismo, la participación popular en la toma de decisiones y superar la concepción “estatista” del socialismo resulta un problema cultural y político de carácter histórico. Para algunos, se trata de desaprender una concepción histórica sobre el imaginario socialista asociado a la propiedad y gestión del Estado.
Lo destacado del tema es que esas recuperaciones de empresas incluyen el “control obrero” en la gestión, y estamos hablando del emblemático caso de SIDOR (la ex Techint), nacionalización empujada por el conflicto obrero y la presión de la comunidad en que se asienta la empresa y claro, la decisión gubernamental de cambio de rumbo en la estrategia global de desarrollo hacia el 2008. Las nacionalizaciones fueron evidentes con el petróleo en 2007, pero desde mediados del 2009 la gestión de los colectivos de trabajadores, el “control obrero” pasa a ser el camino que pretende definir el proceso de construcción de nuevas relaciones sociales de producción. La estrategia incluye diferentes ramas y sectores, como el petróleo, el aluminio, el cemento, la electricidad, las telecomunicaciones, el sector agrícola, el del hierro y acero, la administración de aeropuertos, la banca, la alimentación, hotelería, e incluso la producción y comercialización de la tradicional arepa de maíz.
Todo ello ocurre en un proceso de construcción de comunas y de Empresas de Producción Social. Se puede afirmar que la generalización de la experiencia venezolana de “control obrero” no tiene antecedentes en la historia e involucra a millones de mujeres y hombres, que con entusiasmo construyen el socialismo, diferente de la experiencia “estatista” de épocas anteriores, creando, inventando, sobre un terreno vacío en lo teórico y en la práctica, ya que nunca existió una experiencia del volumen de la que está en curso en Venezuela. No es que sea la primera vez que ocurren ocupaciones y recuperaciones de empresas, estando el caso argentino muy cercano, y en el tiempo, los consejos obreros de Turín, que motivaran la estimulante producción teórica de Antonio Gramsci en la década del 20´ del siglo pasado; o la experiencia en el socialismo del este de Europa. Lo diferente en la actualidad es la convergencia del protagonismo de los trabajadores en la perspectiva del autogobierno, en este caso de la producción, con la decisión de la conducción del proceso de la revolución bolivariana de avanzar por ese camino.
Hay que reiterar por los comentarios de los trabajadores intervinientes en nuestro encuentro, y la de las propias autoridades mencionadas, en todos se alude a la rémora burocrática en la cultura de burócratas gerentes, especialistas y funcionarios empresariales y del Estado. Al mismo tiempo se señalan dificultades y límites en la gestión colectiva por insuficiencia en la formación y capacidad de gestión de aquellos que asumen cotidianamente el aprendizaje de la nueva función de dirección, de coordinación y administración de la producción y circulación de bienes y servicios.
¿Sólo importa el crecimiento?
Por todo lo dicho es que llamamos la atención sobre los datos del crecimiento económico en Venezuela, pues no explican todo. Hay que mirar más allá de los datos y saber descubrir qué tipo de orden social se construye en cada país, más allá de la estadística.
Se puede crecer y sin embargo ser países con estructuras sociales más desiguales. Venezuela es el país de pronóstico de menor crecimiento y sin embargo es el proyecto social en curso que genera mayor entusiasmo y protagonismo de un sujeto colectivo que asume su propio destino.
A esa perspectiva de desarrollo interno debe adicionarse el esfuerzo por la integración con otros países de la región en la múltiple dimensión que supone la convergencia por una nueva arquitectura financiera (Banco del Sur, Banco del ALBA, el S.U.C.RE); Telesur; Petroamérica; desarrollos complementarios de emprendimientos económicos e incluso “grannacionales”, como nueva categoría en confrontación con las transnacionales.
Es cierto que en estos casos debe adicionarse a los límites históricos del proceso de revolución en Venezuela, los existentes en el resto de los países para encarar un proceso compartido de transformación del régimen económico y social, especialmente en momentos de crisis sistémica del capitalismo.
Ese carácter integral de la crisis nos tiene que provocar la discusión sobre crecimiento y desigualdad. ¿Cuál debe ser la búsqueda? Resulta de interés la discusión cuando crece la explotación irracional de los recursos naturales, que explican crecimientos importantes, aunque no registren el deterioro de la naturaleza y afecten la calidad de vida. Si América Latina es un laboratorio donde se estudian las transformaciones sociales a escala mundial, Venezuela es parte importante de los procesos de mayor radicalización en la búsqueda de respuesta anti capitalista a la crisis.


[1] http://encuentrosindical.org/
[2] Estudio económico de América Latina y el Caribe 2009-2010. Sitio de CEPAL en internet.

Delegados de la UOM se capacitan*

El destacado economista Julio Gambina inició esta mañana en la sede sindical del gremio de los metalúrgicos un curso de formación sobre política y economía destinado a delegados de las distintas empresas. La primera jornada se desarrolló ante un numeroso público compuesto por integrantes de los cuerpos de delegados y de la Comisión Directiva. Esta actividad se extenderá hasta fin de año, desarrollándose dos jornadas mensuales.

Cabe destacar que este catedrático es Profesor de Economía Política en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario, Presidente de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas, FISYP, e Integrante del Comité Directivo del consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, CLACSO.

También participa como miembro del Consejo Académico de ATTAC-Argentina y dirige el Centro de Estudios Formación de la Federación Judicial Argentina. Y es columnista sobre Economía y Cooperativismo en medios periodísticos de Capital Federal y del interior del país.

En la charla de introducción al curso Gambina explicó que el objetivo “es generar conciencia como trabajadores. Por que lo que nos hace falta a nosotros es explicar la realidad desde los trabajadores. No explicar la realidad desde la lógica de los propietarios de las empresas, de los capitalistas”. En ese sentido remarcó que la “lógica” de este último sector “es la guita, traducido teóricamente: la ganancia. El objetivo de todo empresario, pequeñito, mediano o grande, lo primero que quiere es la ganancia”.

Por lo tanto “hay que romper la lógica hegemónica de la sociedad y salir de la lógica empresarial para tener un lógica de los trabajadores y en eso hay que romper los prejuicios y tenemos que meternos con los textos de los que hablan desde los trabajadores”, señaló en referencia a la bibliografía que se utilizará en el curso. “Después, si se está a la derecha, a la izquierda, al centro, lo discutimos y vemos políticamente dónde jugamos. Porque si no tenemos lógica de los trabajadores nunca vamos a tener política de los trabajadores”.

“Por eso en el curso hay una parte, un recorrido que es teórico pedagógico metodológico. Pero hay otra trayecto que es, como la charla de hoy, en el que nos queremos meter con compañeros que estén en el movimiento obrero, a nivel sindical, que son compañeros que tienen trayectoria, historia, tradición política, para que el curso integralmente avance un sentido de acumulación teórica e ideológica desde los laburante”, destacó.

Acuerdo para obreros de Paraná Metal

Se logró un acuerdo con el Ejecutivo local para que no se cobren intereses a trabajadores de la autopartista por demora en pago de tasas municipales. La reunión fue encabezada por integrantes de la Comisión interna de la fábrica. La situación sigue siendo delicada, y llegan a más de 500 los empleados suspendidos.

De esta manera, el Ejecutivo dio un gesto de apoyo hacia los empleados suspendidos, aceptando la propuesta llevada por parte de los representantes gremiales, confirmando que el empleado de Paraná Metal que presente la credencial de la fábrica, pagará las tasas municipales sin el cobro de recargo por demora.

El representante de los trabajadores de la autopartista, José Díaz, indicó que este acuerdo sólo alcanza a lo que refiere a tasas municipales, y que se podrá realizar tratativas para poder acordar, con otras entidades estatales, la aplicación de esta medida.

“El impuesto Inmobiliario deberá ser manejado a nivel de la provincia. Nosotros como Comisión interna, seguiremos golpeando puertas. También, existe la idea de ir a conversar con la E.P.E. -Empresa Provincial de Energía-, puesto que sabemos que la energía eléctrica tiene un costo muy alto”.

A su vez, el delegado expresó que los comercios de la ciudad están colaborando con los trabajadores de la empresa, sobre todo en lo que refiere al rubro alimenticio. “Con los comercios que son de la ciudad, no hay ningún problema”.

La situación en la empresa continúa siendo delicada, y sólo se encuentran desempeñando tareas dentro de la misma, alrededor de 100 trabajadores, por lo que la cantidad de trabajadores suspendidos se ha elevado a más de 500.

La información otorgada a los integrantes de la Comisión, es que para el próximo mes la empresa Ford de Brasil aceptaría otorgarle, a Paraná Metal, la fabricación de una cierta cantidad de toneladas de autopartes, con lo que aliviaría la actual situación de la empresa.

También se mencionó que la automotriz brasileña se habría retirado de la empresa debido a que existían reiterados reclamos por la calidad de las piezas entregadas. Asimismo, se anunció una reunión con los representantes de la fábrica y empleados, a fin de ponerlos al corriente de todas las gestiones realizadas.

*Informe: Prensa de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM Villa Constitución-CTA)

Nueva ley financiera en EEUU. ¿En Argentina?


EEUU aprobó una reforma financiera como consecuencia de la crisis detonada en 2008 ante la caída de Lehman Brothers, y la inmediata transformación de los otros grandes bancos de inversión en bancos comerciales. En simultáneo a la bancarrota, desde el Estado más poderoso del mundo se aplicaron todos los fondos necesarios para sustentar la continuidad de un sistema financiero quebrado, involucrando en dicho proceso a bancos, aseguradoras y a la propia bolsa de valores. El 2008 fue el límite al régimen bancario instalado bajo la inspiración desreguladora de los años 70´ y 80´, inspirados en la “iniciativa Volcker”, por Paul, titular de la FED (el banco central de EEUU) desde 1979 y durante la gestión de la ola conservadora liderada por Ronald Reagan. Son los tiempos del desembarque de las políticas neoliberales en la potencia imperialista y hegemónica del sistema capitalista, que luego se instalaría en todo el mundo, con una ofensiva puesta en cuestión con la crisis en curso.
Un detalle no menor es que el mismo personaje, Paul Volcker es ahora el principal asesor financiero de Barack Obama, el líder de la nueva estrategia reguladora de las finanzas estadounidenses. Un detalle de aquella iniciativa fue el inusitado aumento de las tasas de interés en EEUU (para atraer capitales líquidos) y que condenaron a los países endeudados, entre ellos, Argentina y varios de América Latina, al default (crisis de la deuda externa de 1982). Son procesos convergentes con la instalación de la Ley de entidades financieras de la dictadura genocida, aprobada en 1977. Dijo su inspirador, el detenido ex ministro Martínez de Hoz, al retirarse de sus funciones en 1981, que era la medida “más revolucionaria” de su gestión. Es que fue el instrumento legal para la concentración bancaria, la extranjerización de las finanzas y la forma de facilitar el endeudamiento externo, la fuga de capitales y la acumulación de ganancias, capitales y poder del núcleo que dirige la economía local. Una ley pensada y aplicada por el poder para la concentración.
Desde 1977 se atravesaron varias crisis financieras, económicas y políticas hasta la del 2001, que tuvo en los bancos el centro de la crítica de la sociedad, especialmente de los “ahorristas”. Como en todos lados el Estado organizó el salvataje con cargo a la sociedad, pero la legislación no se modificó. Hay morosidad de los poderes ejecutivos desde la vigencia constitucional, y por cierto, del Parlamento, aunque ahora parece existir voluntad legislativa de reformar la legislación pensando a la actividad financiera como un servicio público, con regulaciones que favorezcan el crédito para un modelo productivo alternativo al hegemónico y que promueva la actividad cooperativa, no lucrativa y de pequeños y medianos productores. Claro que ello solo será posible si se constituye un actor social que reclame su derecho a un régimen financiero para un desarrollo económico que modifique la ecuación de perjudicados y beneficiarios del orden neoliberal instrumentado desde la Ley 21.526/77, aún vigente.

Nueva ley financiera en EEUU. ¿En Argentina?


EEUU aprobó una reforma financiera como consecuencia de la crisis detonada en 2008 ante la caída de Lehman Brothers, y la inmediata transformación de los otros grandes bancos de inversión en bancos comerciales. En simultáneo a la bancarrota, desde el Estado más poderoso del mundo se aplicaron todos los fondos necesarios para sustentar la continuidad de un sistema financiero quebrado, involucrando en dicho proceso a bancos, aseguradoras y a la propia bolsa de valores. El 2008 fue el límite al régimen bancario instalado bajo la inspiración desreguladora de los años 70´ y 80´, inspirados en la “iniciativa Volcker”, por Paul, titular de la FED (el banco central de EEUU) desde 1979 y durante la gestión de la ola conservadora liderada por Ronald Reagan. Son los tiempos del desembarque de las políticas neoliberales en la potencia imperialista y hegemónica del sistema capitalista, que luego se instalaría en todo el mundo, con una ofensiva puesta en cuestión con la crisis en curso.
Un detalle no menor es que el mismo personaje, Paul Volcker es ahora el principal asesor financiero de Barack Obama, el líder de la nueva estrategia reguladora de las finanzas estadounidenses. Un detalle de aquella iniciativa fue el inusitado aumento de las tasas de interés en EEUU (para atraer capitales líquidos) y que condenaron a los países endeudados, entre ellos, Argentina y varios de América Latina, al default (crisis de la deuda externa de 1982). Son procesos convergentes con la instalación de la Ley de entidades financieras de la dictadura genocida, aprobada en 1977. Dijo su inspirador, el detenido ex ministro Martínez de Hoz, al retirarse de sus funciones en 1981, que era la medida “más revolucionaria” de su gestión. Es que fue el instrumento legal para la concentración bancaria, la extranjerización de las finanzas y la forma de facilitar el endeudamiento externo, la fuga de capitales y la acumulación de ganancias, capitales y poder del núcleo que dirige la economía local. Una ley pensada y aplicada por el poder para la concentración.
Desde 1977 se atravesaron varias crisis financieras, económicas y políticas hasta la del 2001, que tuvo en los bancos el centro de la crítica de la sociedad, especialmente de los “ahorristas”. Como en todos lados el Estado organizó el salvataje con cargo a la sociedad, pero la legislación no se modificó. Hay morosidad de los poderes ejecutivos desde la vigencia constitucional, y por cierto, del Parlamento, aunque ahora parece existir voluntad legislativa de reformar la legislación pensando a la actividad financiera como un servicio público, con regulaciones que favorezcan el crédito para un modelo productivo alternativo al hegemónico y que promueva la actividad cooperativa, no lucrativa y de pequeños y medianos productores. Claro que ello solo será posible si se constituye un actor social que reclame su derecho a un régimen financiero para un desarrollo económico que modifique la ecuación de perjudicados y beneficiarios del orden neoliberal instrumentado desde la Ley 21.526/77, aún vigente.

Viaje a China de Cristina Fernández

Tras un frustrado viaje de la Presidenta a China en enero de este año, en plena crisis con el titular del BCRA, se materializa ahora con grandes expectativas en materia de atraer inversiones y modificar el saldo negativo del creciente flujo comercial, del orden de los 13.000 millones de dólares anuales.

Las expectativas se asocian a la performance de crecimiento de la economía china en el marco de la recesión mundial y al creciente comercio exterior entre Argentina y el gigante asiático, un gran mercado apreciado por todo el mundo. Consideremos que un quinto de la población mundial vive en China, es decir, uno de cada cinco habitantes del planeta y que entre las mayores necesidades de ese país están los recursos naturales, entre ellos la tierra y sus productos: alimentos. China tiene una gran población, el 21% del total, y solo un 7% de las tierras cultivables del planeta. El crecimiento de las relaciones con América Latina, rica en recursos naturales, es un importante objetivo de China.

China cerró el IV trimestre del año 2009, el año de la recesión mundial con un crecimiento del 10,7. Entre los países que también crecieron se encuentra India con un 6% y Brasil con el 4,3%. La eurozona cayó 2,1; Japón el 1%; y Rusia -3,8%. EEUU registró un leve crecimiento del 0,1%, para un año 2009 de caída del 2,4%. Queda clara la diferencia de guarismos de China con el resto del mundo, incluso con aquellos que crecen. Por nuestra parte, Argentina creció un 2,6% en el último cuarto del 2009, para morigerar la desaceleración anual que registró apenas un 0,9% para todo el año pasado.

Argentina se parece más a la performance de EEUU que a la de China. El crecimiento argentino se mueve principalmente con el consumo público desde la emergencia de la crisis en 2007, repuntando el consumo privado en el IV Trimestre del 2009. El saldo comercial positivo es un dato importante para equilibrar las cuentas macroeconómicas en periodo de crisis mundial. Si bien existe una política de diversificación comercial de la Argentina, los lazos con Washington y Beiging intentan potenciarse, pese a ser ampliamente negativos con los dos. Con ambos países se comparten debates en el G20, y entre ellos existen múltiples vínculos de asociación. Todos saben que China es el gran financiador de EEUU y que en sentido contrario fluyen las inversiones. China y EEUU son dos grandes actores del orden mundial contemporáneo.

Un tema de interés para la Argentina es la recomposición de los precios de exportación, luego de la baja que tuvieron entre mediados del 2008 y 2009. Los precios de las comodities (petróleo; alimentos y bebidas; no energéticos) se estabilizan ahora en torno de los valores del 2007 (venían creciendo desde años anteriores). Luego de los máximos “especulativos” obtenidos hacia el primer cuatrimestre del 2008, cayeron abruptamente. La recuperación se procesó en el último tramo del 2009 y se mantiene en el 2010. La realidad es que pese al ascenso y baja especulativa del 2008-09, la tendencia estructural es al aumento de los precios internacionales de los principales productos de exportación de la Argentina. El tema interesa porque en 2009 hubo una merma de exportaciones, más por precio que por volumen, pero ambos decayeron: menos volumen de exportaciones y menores precios respecto de años anteriores. El problema de la recesión mundial es estructural y se buscan paliativos con la excepción a la regla: China.

El país busca mantener el saldo comercial positivo (en general) y por eso hay gran expectativa por el viaje a China, máxime que desde el 2008 se consolidó un intercambio negativo con ese país. El intercambio mutó de valores positivos entre 2001 y 2007 a negativo desde 2008, por 709 millones dólares, subiendo a 1.000 m.d. en 2009; con tendencia a mantener ese desequilibrio en 2010. Esos son datos objetivos, que no contemplan los conflictos que aparecieron recientemente asociados a represalias cruzadas de ambos países y que podrían afectar el estratégico vínculo del comercio con China. China figura entre los mercados maduros dinámicos, es decir, entre los destinos más importantes y con perspectiva de crecimiento, con dos zonas de privilegio: América Latina y China.

Un informe elaborado en el Ministerio de Economía se distinguen cuatro tipo de mercados en las relaciones comerciales. Mercados consolidados maduros con 27.000 m.d. al 2008 (poca expectativa de crecimiento, integrado por Alemania, Bélgica, España, Suiza, Francia, Italia, EEUU, Japón); consolidados dinámicos con 18.000 m. d. (con posibilidades de crecimiento, como Sudamérica: Brasil, Chile, Colombia, Perú; Centroamérica: México y Panamá; China); emergentes con 6.000 m.d. (mercados con importante crecimiento y perspectivas, aunque lejos de los montos anteriores; se destaca: Australia, Canadá, Cuba, Ecuador, Rusia, Sudáfrica, Turquía y Venezuela) MOI y MOA 60%; potenciales con 5.000 m. d. (oportunidades, en Asia y África) COMODITIES 80%. Argentina diversifica por los últimos tres ante el escenario de crisis en Países capitalistas desarrollados. Se viene creciendo en exportaciones hacia ALC, Rusia, Venezuela, Canadá y Sudáfrica.

Además de las cuestiones comerciales se discutirán inversiones, que serán importantes en materia de transporte y minería. En transporte se trata de trenes (más carga que pasajeros) y el subterráneo de la capital. En minería existe el interés oficial de multiplicar los inversores para extraer minerales, en tiempos de aguda discusión parlamentaria sobre el tema de los glaciares y una creciente resistencia de la población y organizaciones populares a la mega minería a cielo abierto.

Crisis mundial, volatilidad del capital e integración


Argentina acumula más de 50.000 millones de dólares en reservas internacionales. Un monto similar salió del país, entre 2006 y 2009, por colocaciones en activos externos de residentes en el país. El saldo en el movimiento de capitales reconoce la búsqueda de rentabilidad de capitales excedentes que intentan su valorización en diversos territorios. Más aún en momentos de obstaculización en la generación de ganancias y su acumulación. Con otras dimensiones, propias de las diferencias entre las economías vecinas, la situación en Brasil no es distinta. Así como existieron momentos de flujo positivo durante el 2009 para la potencia sudamericana, se vive ahora un reflujo de los inversores globales hacia mercados del capitalismo desarrollado. En momentos de receso mundial, la búsqueda de rentabilidad orientó las inversiones especulativas entre los “emergentes” más importantes. La coyuntura mundial de salvataje financiero para intentar discontinuar la crisis, provoca el retorno de esos fondos especulativos al corazón del sistema mundial. La recuperación (¿transitoria?) de EEUU promueve nuevas rondas de volatilidad de capitales ávidos de renta, que abandonan así su destino reciente.
Tanto Brasil como Argentina y el conjunto de países vecinos están perdiendo nuevamente una oportunidad para enfrentar las limitaciones que presentan como países dependientes de un flujo de capital que se decide en el mercado mundial. Son decisiones que no están motivadas en resolver necesidades sociales insatisfechas en nuestras fronteras. Puede no ser convergente el momento de ingreso o de salidas de capitales para ambas realidades nacionales, pero la situación de crisis de la economía mundial subordina a nuestros países a sufrir la volatilidad del movimiento internacional de capitales. En el 2003, asumían nuevos gobiernos en Brasil y Argentina, con expectativas de cambio luego de que ambos sufrieran la aplicación de políticas económicas subordinadas a las sugeridas por la corriente principal: de liberalización de la economía y del flujo de capitales líquidos. Con tipos de cambio similares y marco político crítico se imaginó una convergencia macroeconómica que a poco de andar puso de manifiesto rumbos divergentes. Argentina avanzó con devaluaciones una política de adecuación al ritmo de oscilación del dólar, mientras que Brasil apreció su moneda favoreciendo las importaciones baratas de bienes de capital.
La divergencia fue la realidad y el resultado profundizó el desequilibrio comercial entre los socios mayores del Mercosur. Más allá de diferencias de volumen entre nuestros países, se hace imprescindible retomar una cooperación para la convergencia y la asociación a iniciativas audaces de integración regional para afirmar soberanía financiera, de la cual el Banco del Sur es un capítulo trascendente.

El debate sobre el 82% móvil

Se terminó el mundial para la Argentina y la vida continúa, con temas muy complejos, entre otros, la seguridad social y más específicamente la previsión social.


Reapareció en estos días el tema del 82% móvil para las jubilaciones mínimas, que abarcan al 70% de unos 5,5 millones de trabajadores jubilados. Con un salario mínimo y vital de 1.500 pesos, la jubilación mínima se iría a 1.230 pesos, un incremento importante que eleva el piso de las jubilaciones. Vale aclarar que es previsible que antes de fin de año se ajuste el salario mínimo vital, con lo cual, automáticamente se elevaría, por movilidad automática el ingreso jubilatorio.

Hay que señalar que el movimiento de jubilados viene reclamando la elevación de la mínima, como forma de recomponer el deterioro histórico de los ingresos de los jubilados y además el 82% móvil, no solo de la jubilación mínima, que es el tema que motiva la actual discusión parlamentaria.

La discusión es muy importante y debería ser parte de una agenda más allá de la coyuntura política, ya que involucra a los ingresos de millones de personas y hace a la calidad de vida de la población en su conjunto. Es un tema que incluye el debate sobre fondos previsionales y fiscales para asegurar cobertura previsional.

Decimos previsionales y fiscales por ser dos conceptos totalmente distintos. Al respecto existe una gran confusión. Como los fondos previsiones son dispuestos por el fisco (están a disposición del fisco), son considerados “fondos fiscales”, situación ratificada al ser incluidos en el Presupuesto oficial. Es más, la AFIP informa regularmente los ingresos mensuales del fisco, incluyendo entre sus montos los ingresos tributarios y los previsionales.

Para ser más precisos, los fondos previsionales no son del fisco, sino que pertenecen a los trabajadores, que aportan recursos de sus salarios, a los que se suman aportes patronales para complementar ese fondo para cubrir solidariamente las jubilaciones. Como el fondo resultante no alcanza para cubrir las necesidades previsionales, se completan los recursos previsionales con fondos fiscales, es decir, que la sociedad en su conjunto decide subsidiar con fondos fiscales el ingreso de los trabajadores jubilados.

Esa es la primera consideración. Los fondos previsionales no son fondos fiscales y el volumen de la suma previsional necesita ser completado con recursos fiscales para alcanzar un ingreso acorde con la calidad de vida requerida en la última etapa de la vida. Esto es lo que se debe discutir. ¿Cuánto es el monto necesario que se requiere para asegurar una vejes de calidad en las condiciones históricas de la Argentina actual? Seamos muy claros al respecto, el movimiento de jubilados levanta la consigna del 82% móvil. La discusión apunta a consultar a la sociedad si está dispuesta a resolver esa deuda pública por encima de otros compromisos u obligacione fiscales presentes y futuras.

El debate debiera transitar entonces por el volumen del ingreso mensual para previsión social, tema que se asocia a las retenciones de los trabajadores y a las contribuciones patronales.

Recordemos que los aportes patronales fueron sustancialmente reducidos en tiempo del menemismo con Cavallo ministro de Economía. También, como forma de elevar el salario de bolsillo, se acudió entonces a reducir las retenciones a los salarios del sector privado, estableciendo incluso un máximo de salario sobre el que se hacían las retenciones, una forma de privilegiar los salarios más elevados. El resultado ha sido la afectación del fondo previsional.

Las retenciones a los trabajadores ya fue normalizada y ahora se debería restablecer el nivel histórico de los aportes patronales, que al reducirse significaron una transferencia de recursos desde los trabajadores a las patronales como forma de mejorar las ganancias empresarias y es bien sabido que la rentabilidad empresaria creció en forma importante en estos últimos años de crecimiento de la economía.

Con las moratorias previsionales del último tiempo es importante la cantidad de personas que se incorporaron como sujetos receptores de jubilación, más de dos millones de personas. También debe consignarse que la jubilación mínima tuvo actualizaciones en su volumen. La discusión ahora no pasa por si se puede o no pagar el 82% móvil, sino sobre cuáles son los cambios de política económica que se requieren para asegurar una previsión social de calidad acorde con las demandas de los propios jubilados.

Cumbre del desacuerdo para seguir en crisis

Sin acuerdos importantes culminó la cumbre del G20 en Toronto, con un saldo de 600 detenidos entre miles de manifestantes custodiados por 20.000 agentes de seguridad. Mucha represión para pocos congregados en una reunión y sin resultados importantes para los pueblos que sufren la crisis capitalista con desempleo y reducción de gastos estatales sociales.

Desde Europa, epicentro de la crisis en la coyuntura, se sostenía la necesidad del ajuste para retomar competitividad y reencauzar el camino para la obtención de ganancias y el ciclo de acumulación para la dominación. Desde EEUU se reclamaba continuidad en el salvataje empresarial, con estímulos estatales, para sostener el nivel de actividad económica. Hubo empate y se acordó una reducción de los déficit fiscales hacia el 2013 y que cada quién sostenga los estímulos en cada país. Al final, se trata de soluciones nacionales (anárquicas) para problemas de índole mundial.

Claro que también se habló de la banca y de aplicarles impuestos, pero tan débilmente que difícilmente se apliquen. Paul Krugman advierte que asistimos a la tercera gran depresión en la historia del capitalismo, en 1874, en 1930 y ahora. Cada una duró varios años y trajo gravísimas consecuencias sociales. Los dirigentes reunidos en Toronto parecen no sintonizar en ese sentido y ya preparan una próxima cumbre en Seúl antes de fin de año, mientras la crisis profundiza el desempleo y la pobreza en la mayoría de la población mundial.


* Artículo publicado en el diario Tiempo Argentino - 4 de julio 2010.